Monday, September 10, 2007
El mismo movimiento que queda implícito, obvio pero al principio subconsciente cuando uno mira fijamente las tilas del piso, las regularidades de cuadrados encuadrados que envian el ojo por ahi y por allá, siguiendo líneas y formaciones arbritrarias pero reales, esta misma agitación quieta yace dinámicamente en tus ojos, esos relámpagos flojos que traversan el ondulando lago de calma de tu alma, esos abismos repletos, completos con sus posibilidades infinitas, donde creo que me caigo – o sería que vuelo? – y traigo conmigo el consuelo que el cielo y el suelo contienen ese mismo dinamismo y que este aire me pasa silbando como voz que me canta con melodias, ideas y sentimientos que me benedicen con el encanto permanente de este momento fluido.